La transformación digital, ¿a dónde nos lleva?
La transformación digital es un término muy utilizado en los últimos años. Si bien, por un efecto de moda, para algunos. Es muy recurrente en las conversaciones profesionales y empresariales de nuestros días. Si aún no estás muy familiarizado, te parece extraño o ambiguo. Si por el contrario, lo conoces y/o estás en un proyecto, te invito a que sigas leyendo y ampliemos las perspectivas.
Generalmente pensamos que estos temas supuestamente sofisticados y que parecen muy pomposos, solo son para las grandes empresas. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. La transformación digital llegó para quedarse con todos nosotros, en nuestras empresas y en nuestra vida.
Para muchos la transformación digital es solo un proyecto más de la empresa. Es decir, tiene fecha de inicio y una fecha de fin. Es esta idea y forma de gestionarla como un proyecto más lo que nos lleva a fracasar y a desistir. La transformación digital no es una moda, es el modelo de negocio de la empresa.
¡Y llegó para quedarse!
Una puerta de oportunidades con la transformación digital
Repensar y reinventar el modelo de negocio, no es un lujo en estos días. Pero sí es el reto de las empresas y las personas para seguir en el mercado. Ya lo dijo Darwin en su momento, las especies que subsistirán son las que mejor se adapten. Independientemente de este periodo coyuntural de pandemia, crisis, guerras, entre otros, el mercado y la vida es un cambio continuo. El verdadero significado de la transformación digital es una puerta llena de oportunidades. Dado que nos invita a cuestionarnos, buscar, aprender, reinventarnos y mejorar.
Los cambios nos asustan, en ocasiones nos paralizan. Simplemente no tenemos opción de permanecer, por más que nos resistamos. No eres la misma persona de hace unos años, ni siquiera el/la de hace unos meses. Y tu empresa o la empresa donde trabajas tampoco lo es. Te propusiste cambiar y modificar comportamientos o hábitos, felicitaciones! por pensar e intentar, que aún no lo logras, que vas en camino, lo harás o volverás con nuevos. Esto para hacer una pausa y que te preguntes ¿he cambiado, algo a mi alrededor ha cambiado? La respuesta es automática, Sí!. Ya hablaremos de hábitos, modelos productivos y mucho mas, suscríbete a nuestra newsletter.
Los cambios se logran integrar mediante procesos modelados, minimizando los riesgos de fracaso y maximizando las posibilidades de éxito. No olvidemos que los cambios no son solo pasar de un estado A a un estado B. Si bien hay un objetivo o finalidad, lo más importante es el camino. Es en esta experiencia del día a día donde se crea y fortalece nuestro pensamiento, nuestra actitud flexible y adaptativa. Llegar al punto B sin una modificación de mentalidad. paradigma o actitud entre otros, solo hará un efecto yo-yo, como en las dietas. Modelar un proceso inicia con una visualización, un análisis, una definición del paso a paso, y por supuesto unas pruebas, para ir ajustando. Y en cualquier caso, una revisión periódica.
La cultura organizacional es la base de la transformación digital
El modelo de negocio para el futuro es transformar las empresas. Y estas solo se transforman a medida que transformamos las personas que la integran, con sus talentos y competencias. Por tanto, creando una cultura organizacional que es la base de la transformación.
¿Y qué es la cultura ?
El conjunto de ideas, tradiciones, comportamientos y costumbres que caracterizan un pueblo. Por lo tanto, ¿qué es la cultura organizacional ? son los valores, comportamientos, experiencias, tipos de liderazgo, formas de trabajar, misión y visión de una organización. Todos hablamos de cultura, la cultura de este país, las diferencias culturales, la multiculturalidad, etc. Pero olvidamos lo más importante y la base de lo que es una cultura, las personas. Las personas son las que hacen la cultura. Con esta claridad, nos será más fácil entender que la transformación se hace con las personas. Ellas son la cultura y la organización.
Con esta premisa, la cultura organizacional y la organización son lo mismo. Así pues, podemos continuar con el: ¿por qué existe una organización o cuál es la razón de ser ?. Podría sonar a un tema filosófico, ¿ser o estar ?. ¡Vamos por partes! La razón de ser de una organización es el cliente, por eso es importante entenderlo y conocerlo. La organización existe porque tiene clientes. Mas que filosófico, es pragmático. La organización es la respuesta a las necesidades (lo que quiere) del cliente.
¿Cómo es el cliente?
El cliente es cada vez más exigente e infiel, tenemos que ofrecerle valor y diferenciación. La organización está o seguirá existiendo si tiene clientes. Y tendrá clientes si es capaz de transformarse y reinventarse más rápido que el mercado. Ya no vale simplemente estar hoy en el mercado, hay que ser el primero en satisfacer al cliente. La fidelización del cliente y el crecimiento del mercado exige una transformación continua.
Procesos ágiles y equipos colaborativos
El cliente de hoy tiene a la mano toda la información necesaria para tomar decisiones. Así pues, el tiempo de la toma de decisiones es cada vez menor y las exigencias cambiantes a mayor velocidad. Esta dinámica del cliente exige procesos cada vez mas ágiles y una propuesta de valor diferenciadora. Por consiguiente, las empresas necesitan crear equipos empoderados, ágiles y colaborativos.
Entender y conocer el cliente nos permite establecer una estrategia clara. Asimismo, saber para dónde vamos y cómo vamos a conseguir las metas. Esta alineación nos lleva a crear valor y diferenciación en el mercado. La estrategia se planifica y se ejecuta a través de las personas, el talento humano de la organización. Son las personas las que hacen posible la realización de los diferentes procesos. La velocidad de respuesta que demanda el cliente exige: delegar, confiar, ejecutar, tomar decisiones e innovar. De este modo, solo es posible con el talento de las personas, trabajo colaborativo y pensamiento ágil. Es por esto que la cultura organizacional toma el rol principal en las empresas. Puesto que para satisfacer al cliente necesitamos cada vez más, procesos más ágiles y de calidad.
La transformación solo es posible mediante la creación de una cultura organizacional. Esta fomenta el desarrollo de las personas, crea roles y equipos colaborativos que toman decisiones acertadas frente a las oportunidades, con una visión clara de servicio y generación de valor. La transformación es un proceso de adentro hacia afuera e iterativo. Por eso es de vital importancia que las organizaciones promuevan y presupuesten programas de formación y desarrollo. En orden de fomentar un ambiente donde la persona se sienta cómoda, segura, valorada, escuchada y parte del equipo. El cambio comienza desde el individuo. Proporcionando el espacio y las herramientas adecuadas para que la persona se desarrolle, se creará un entorno de seguridad y confianza para que los equipos trabajen mejor.
El desarrollo personal y el liderazgo
Este proceso de transformación desde el individuo lleva naturalmente al desarrollo de líderes, de estructuras planas y del trabajo colaborativo. Por esto, el rol de jefe y el trabajo por áreas están destinados a desaparecer. Y menos mal, porque no promueven el alcance de los objetivos, ni el pensamiento ágil.
No hay que caer en el error de pensar que ser ágil es seguir una metodología, o aplicar unos protocolos. Ser ágil es una forma de pensar, de actuar, de liderar, de solucionar, de lograr resultados. En resumen, es una mentalidad (Mindset). No se puede ser ágil sin transformar el modelo de negocio.
Tampoco hay que olvidar que este fascinante proceso de transformación exige líderes. Líderes que estén al lado de sus equipos y trabajen con ellos. Con objetivos claros, en ambientes sanos y motivadores, promoviendo un equilibrio entre la vida laboral y personal. Todo este proceso debe hacerse con un acompañamiento a la gestión del cambio. Comenzando desde la estrategia con acciones claras de. formación, comunicación interna y la externa. De igual manera, integrando todo el ecosistema tanto de clientes como proveedores.
La transformación digital es para todos y no es simplemente la uberización. Los sistemas y las aplicaciones no transforman la organización. Pero si las personas que se sirven de ellos no están preparadas para utilizarlas. El reto es de todos y cada uno de nosotros, como individuos: desarrollándonos como personas. El desarrollo personal implica: adaptabilidad al cambio, a aprender y a desaprender constantemente. Paralelamente, ver formas diferentes de hacer las cosas, trabajar colaborativamente aceptando la diferencia, el derecho al error. También, como organizaciones: desarrollando talento, creando líderes y equipos empoderados. En último termino, culturas que aporten valor diferenciado, mejorando la sociedad y el planeta.