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Transformación organizacional

Los pilares de la transformación organizacional

La transformación organizacional es actualmente el reto de las empresas. Pero fue en tiempos de crisis mundial como la pandemia del Covid, que saltaron las alertas. Comúnmente y mal entendida esta transformación es llamada, transformación digital. Si analizamos el significado, la palabra digital engloba ideas generales como: tecnología, sistemas, la nube, aplicaciones, etc. Y realmente: ¿cambiar los recursos digitales es lo que transforma?

Para no romper el léxico moderno seguiremos usando la noción de transformación digital. En cualquier caso, en este post queremos compartir una perspectiva más amplia del detrás de cámaras de un cambio.

Durante la pandemia, muchas iniciativas se vieron afectadas y las empresas se vieron obligadas a reevaluar sus prioridades y proyectos. El cambio forzado desencadenó demasiada incomodidad. Los CEOs y directivos de empresas aseguran, en una encuesta realizada por Harvard Business Review, que las empresas deben reevaluar sus prioridades para adaptarse.  

De ello resulta que la transformación digital no puede ser vista como una iniciativa a un proyecto más de la empresa. La crisis impulsó la reflexión sobre la necesidad de fusionar la transformación digital y la estrategia de la empresa. La fusión comienza a hacerse evidente porque una empresa es un proyecto a gran escala y desde luego, no es estático. De la misma forma, la transformación digital es un ciclo continuo de adaptación y crecimiento. La vinculación se hace clara cuando entendemos que son proyectos a largo plazo. Y más aún, porque se basan en los mismos pilares: Cultura, Procesos y Tecnología.

Al fin de cuentas, la transformación digital en tiempos de crisis debemos visualizarla como una experiencia de aprendizaje continuo necesario para adaptarnos y crecer en el escenario actual. Algunos lo llaman, la cuarta revolución industrial. Sigue leyendo y si quieres seguir aprendiendo sobre estos temas y muchos otros, suscríbete a nuestra Newsletter.

Los pilares de la transformación organizacional

La cultura

El primer pilar que analizaremos es la cultura. Este es el cimiento que permitirá sostener a todo lo demás. La cultura es el conjunto de comportamientos, valores, tipos de liderazgo, misión, visión, formas de trabajar, entre otros. En síntesis, lo que hace que las cosas pasen y se hagan, al igual que la manera cómo se hacen las cosas. Cada empresa tiene su forma de funcionar. Esos acuerdos implícitos que muchas veces no están escritos pero que todos conocen. Desde lo más simple como: la hora de tomar el café, las pausas, el protocolo de las reuniones, la gestión de incidentes, etc.

Particularmente en tiempos de pandemia, las empresas se vieron obligadas a realizar cambios repentinos en la forma de trabajar, por la imposibilidad de salir de casa. Inesperado para muchos, el trabajo remoto fue la regla y sin otra opción, tocó adaptarse lo mejor posible con lo que se tenía para poder continuar trabajando. En ese momento, el trabajo remoto que muchas empresas no aceptaban antes. Fue el modelo de trabajo exigido por la mayoría. 

Este cambio tan rápido y obligado, a muchas empresas les llegó sin preparación. Las alertas saltaron por todo lado, desde ¿con qué equipos conectarse?, ¿cómo conectarse?, herramientas para trabajo remoto, capacidad del servidor, como hacer el seguimiento y avance de actividades y proyectos, etc, etc. Seguro que todos vivimos una experiencia particular en este periodo. Es así, como la suma de experiencias individuales y colectivas, hizo replantear los modelos de trabajo, los tipos de liderazgo y la estrategia de las empresas.

Los procesos

En segundo lugar, están los procesos. Estos también dispararon alertas, pues se evidenció que los flujos de trabajo de muchas empresas están obsoletos. Los procesos no son fluidos y mucho menos están generando valor. Hay muchas actividades que entorpecen, retrasan y no aportan al proceso.

Los procesos están directamente relacionados con la cultura, qué se hace y cómo se hacen las cosas. Analizar los procesos es una buena forma de entender la cultura de la empresa. Las actividades que generan valor, los controles, los estándares, las competencias, la fluidez, la comunicación, los departamentos, etc.

No hay que confundir el que un proceso esté obsoleto con que los procesos no sean necesarios. Los procesos son necesarios y el gran reto es diseñarlos para que sean eficientes y adaptativos.

La tecnología

Y finalmente la tecnología, que si bien cada vez resulta ser más necesaria, no es lo principal de la transformación digital. La mejora en tecnología no va a solventar todas las deficiencias en los procesos y mucho menos los vacíos culturales. 

En las últimas décadas hemos visto el aporte significativo que tiene la tecnología en el mejoramiento de los procesos. Hay muchas actividades que las realiza mejor una máquina o una inteligencia artificial. Los desarrollos tecnológicos son cada vez más rápidos y sorprendentes para todas las industrias y para el ámbito personal. 

Sin embargo, no hay que olvidar que estás tecnologías necesitan ser operadas o supervisadas por una persona. Una persona con competencias y habilidades específicas. Y aunque hay una tendencia hacia la profesionalización o expertise en las actividades, las competencias del hacer. El entorno actual demanda más competencias del ser o también conocidas como soft skills. 

El cambio cultural para potenciar la transformación digital

Si bien, la pandemia obligó a cambios importantes en la forma de trabajar, pero esto no es en sí un cambio cultural. Podríamos verlo como una medida apaga-incendios, se encontró una solución para una crisis. Pero el problema raíz sigue, no hay una cultura empresarial que permita sostenerse a largo plazo. 

En definitiva, la pandemia nos enfrentó más crudamente a un movimiento que venía gestándose desde hace unos años: ¿Cómo ser empresas ágiles?, ¿Cómo adaptar los modelos de negocio?, ¿Cómo gestionar el cambio constante?. De cierta manera, estas respuestas llegan rápido. El mercado está lleno de metodologías y programas de acompañamiento. 

De todas formas hay que saber que cualquier proceso de transformación duele y ese dolor genera resistencia. La manifestación de esta resistencia viene de diferentes formas, enmascarada y no, a todos los niveles de la organización. Las transformaciones son una invitación a ver desde otra perspectiva, a aprender y a desaprender, a dejar morir esa versión que nos impide ser mejores y lograr nuestros objetivos. Y nuestra visión como empresa!

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